Foto extraída de http://www.cai.es/ |
'El análisis' (lunes, 22 de junio de 2020)
Buenos días:
En el análisis del pasado lunes me comprometí a dedicar el espacio de hoy a La Litera. Recordarán que, tal empeño, surgió al hablar de un ilustre literano, Antonio Sangenís Torres, un ingeniero extraordinario albeldense que defendió heroicamente la Puerta de Santa Engracia en los Sitios de Zaragoza. Recibió el título de “Defensor de la Patria”. Murió en la Batería Alta de Palafox, el 13 de enero de 1809, al ser alcanzado por una bala de cañón. Fue enterrado con grandes honores en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Tiene una calle en el barrio de Delicias y el Ejército puso su nombre a la Unidad de Servicios de Monzalbarba, Acuartelamiento Sangenís. Además, en el lugar donde murió, se colocó durante el Primer Centenario de los Sitios una lápida conmemorativa. Pero es que la memoria de los Sangenís no acaba aquí. Don Antonio tuvo también un hermano militar, don José Sangenís Torres que, al igual que Antonio, se distinguió por su entrega y heroísmo en la Guerra de la Independencia. Organizó los Tercios de Barbastro y luchó también en la capital aragonesa.
Como ven, la ciudad de Zaragoza ha sabido rendir tributo a sus héroes. Echo de menos estos merecidos reconocimientos en La Litera, donde considero que se debiera de homenajear mucho más de lo que se ha hecho a ilustres personas de nuestra comarca. Una comarca donde nace y comienza Aragón, ya desde sus orígenes. Antonio Ubieto, uno de nuestros mejores historiadores, constató que “A lo largo de ambos siglos (XII y XII) aparecen constantemente documentadas como ‘tenencias’ aragonesas las de Benabarre, Benasque, Calasanz, (…), Ribagorza, San Esteban de Litera, (…), Tamarite de Litera, (…)”.[1] Las poblaciones de La Litera siempre se rigieron por los Fueros de Zaragoza o de Huesca. Tamarite, por ejemplo, lo hizo por el de Zaragoza.
La Litera es un bullir de campos y montes de colores adornados por la niebla, en invierno, y por el sol, en verano. Tamarite de Litera, capital histórico-cultural de la comarca, destila magia por sus calles, y no solo durante el Encuentro Nacional de Magos Florences Gili. Por cierto, este último, otro ilustre literano. Ya saben que, como decimos en mi pequeña comarca, “yo tinc micha garra a Altorricó y micha garra a Tamarit”, pues mis padres son uno de cada pueblo. En Altorricón sentirán el hechizo seductor que se percibe al pasear por sus calles mientras tañen impertérritas las campanas. Se trata de un pueblo hecho a sí mismo con gran tesón y emprendimiento.
Pero La Litera está llena de muchos otros rincones fascinantes, como el Barranco de Gabasa, las Salinas de Peralta, los pous de chelo de Azanuy, el Congosto de Baldellou, los despoblados de Rocafort y Pelegriñón, el dinamismo de Binéfar o los adobáts de Algayón, entre otros muchos. Y, como habrán reparado, qué me dicen de esta milenaria lengua que aún conservamos, el chapurreat o aragonés oriental. Los ciudadanos de esta comarca somos perfectamente bilingües y nos relacionamos con todo el mundo. Las gentes de este pequeño territorio del Alto Aragón son acogedoras y hospitalarias y siempre dispuestas a arrimar el hombro.
Hoy, desde Tamarite, capital de La Litera, ¡Feliz semana!
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