Buenos días:
La noche
del pasado 26 de octubre altos cargos del Gobierno, del Partido Socialista, del
Partido Popular y de Ciudadanos protagonizaron, junto a representantes de otras
instituciones, un hecho lamentable, vergonzoso y, quizá, ilegal.
Esa noche
el periódico digital de Pedro J. Ramírez, El
Español, celebró la entrega de los premios Leones 2020 con motivo del V
aniversario de su fundación. El acto, que se celebró en el Casino de Madrid,
congregó a 80 personas, según Pedro J. y, a 150, según algunos medios de
comunicación. Sea como fuere, en pleno estado de alarma debido a la pandemia de
la COVID-19 y, con unas restricciones que fijan en 6 el número máximo de
personas a reunirse, en la fiesta de El
Español se superó con creces dicha cifra.
La
ministra de Defensa, Margarita Robles; Juan Carlos Campo, ministro de Justicia;
José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura e, incluso, Salvador Illa,
ministro de Sanidad, estuvieron presentes en la celebración aunque, este
último, no se quedó a la cena. Pablo Casado, presidente del Partido Popular y
líder de la oposición; Teodoro García Egea, secretario general del PP; Cuca
Gamarra, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados; Ana
Pastor, diputada del PP; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de
Madrid (quien tampoco se quedó a la cena); José Luis Martínez-Almeida, alcalde
de Madrid; Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid; Inés Arrimadas, presidenta
de Ciudadanos; Edmundo Bal, diputado de Cs; Fernando López Miras, presidente de
la Región de Murcia; Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha;
Dolores Delgado, fiscal general del Estado; Miguel Ángel Villarroya, jefe del
Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), así como diferentes personalidades del
mundo empresarial y del deporte de nuestro país asistieron a la fiesta del lunes
de la semana pasada.
¿Qué
quieren que les diga? Mientras Gobierno y oposición nos piden que extrememos
las medidas de seguridad y de precaución; que tengamos paciencia; se declara un
estado de alarma; se restringe la movilidad de los ciudadanos; miles de
autónomos y hosteleros se arruinan y miles de trabajadores van a un ERTE,
nuestros altos dirigentes políticos se van de fiesta incumpliendo muchas de las
medidas que ellos mismos preconizan. Y es que, como se pudo comprobar en las
fotografías que el propio diario El
Español publicó, Juan Carlos Campo, Inés Arrimadas, Pablo Casado, Teodoro
García Egea, José Luis Martínez-Almeida y Miguel Ángel Villarroya, entre otros,
prescindieron de la mascarilla en diferentes momentos de la gala. Además, según
publicó el diario de Pedro J., este, en su discuro, dijo que “Debemos evitar que el dolor y menos aún el
odio, la cólera o la demagogia turben nuestra inteligencia en la lucha contra
la Covid”.
Como ven,
mientras los ciudadanos debemos cumplir implacablemente las leyes, hay quienes
creen que no van con ellos. ¿Es que acaso los asistentes a esa fiesta no corren
el riesgo de contagiarse de coronavirus? ¿Es que hay algo que nos ocultan? ¿Es
que son unos auténticos irresponsables? Es indignante que, en medio de una
terrible pandemia, los que más ejemplo debieran dar son, precisamente, los que
menos lo hacen. Y es que, como en la Edad Media y en la Edad Moderna, sigue
habiendo quien tiene patente de corso.
Eso sí,
para ser justos, también hay que decir que Salvador Illa y José Luis Martínez
Almeida han pedido perdón públicamente, hecho que les honra y que debieran
imitar el resto de asistentes al certamen del pasado 26 de octubre.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
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