lunes, 17 de febrero de 2020

'Las cifras de la ONU'




'El análisis' (lunes, 17 de febrero de 2020)
Las cifras de la ONU

Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM


Buenos días:

Recientemente conocíamos las conclusiones de Philip Alston, relator de la ONU de la extrema pobreza, tras viajar durante doce días por seis Comunidades autónomas de nuestro país. Alston alertaba de que en España hay un 26% de la población general que vive en la pobreza o que está en riesgo de vivirla, y que eleva a un 29,5% entre la infancia; es decir que, prácticamente, tres de cada diez niños españoles son pobres.

En España tenemos una tasa de paro del 13,68%, según la Encuesta de Población Activa del último trimestre de 2019 realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Combinando los datos, siempre teniendo en cuenta todas las variables, los datos son demoledores. Pero veamos, ¿alguien se puede creer que en España el 30% de la población vive en la pobreza? Si estas cifras fueran ciertas, España sería un Estado fallido y en las calles habría una auténtica revuelta social.

Alston, que presentará en marzo en Ginebra ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sus resultados, desea que el nuevo Gobierno español reaccione y pueda poner en marcha los proyectos acordados entre PSOE y Unidas Podemos para combatir la pobreza "por el camino que lleva a la justicia social". Además, el australiano se permite el lujo de recomendar al Ejecutivo español las soluciones para tal tremendista situación: una renta mínima nacional, una reforma fiscal redistributiva “porque -según argumenta- se recaudan menos impuestos que en países del entorno” y una nueva política de vivienda que incluya el “limitar el precio de los alquileres en las grandes ciudades”. El representante de Naciones Unidas incluso asegura que “España forma parte de un contexto neoliberal mucho más amplio, según el cual en los últimos 30 ó 40 años se ha dado prioridad a reducir el tamaño del Estado o recortar los niveles de servicios que presta el Gobierno, para enriquecer al sector empresarial y para favorecer a los ricos”.

Quizá el señor Philip Alston piense que en dictaduras comunistas como Cuba o China se vive mejor, o quizá tiene añoranza de la Unión Soviética. Y sobre regular el precio de los alquileres, ¿a quiénes se refiere? ¿a los grandes especuladores o a los ciudadanos de clase media que con su trabajo y esfuerzo han conseguido una digna prosperidad?
Todos sabemos que la ONU es una mega organización internacional con una estructura burocrática que ofrece multitud de puestos de trabajo, entre otros, a expolíticos. La ONU es una entidad con decenas de comisiones, órganos y organismos dependientes, como la UNESCO, y que da cabida a un gran número de países totalitarios donde no conocen qué es la democracia y, además, tiene en su Consejo de Seguridad a cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia y China) que tienen derecho a veto. Asimismo, no nos olvidemos de los  casos de corrupción en los que se han visto implicados importantes representantes de la ONU, incluso el hijo del que fuera secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, en el programa Petróleo por Alimentos en Irak.

Tampoco recuerdo que la Organización de Naciones Unidas haya evitado ningún conflicto armado, a pesar de que esa fue una de las razones principales por las que se creó, en 1945. Por cierto, ¿qué hay de la aplicación de todas las resoluciones de la ONU con respecto al Sáhara Occidental?

El relator australiano también ha recomendado al Ejecutivo español que cree un grupo de expertos independientes -uno más- para examinar el “atraso tanto en la infraestructura como en los planteamientos de los que manejan” esos “esquemas” para acceder a las políticas sociales. Es decir, para combatir la burocracia ampliemos la red burocrática.

El afán intervencionista de la Organización de Naciones Unidas en cuestiones domésticas comienza a recordarme a diferentes actuaciones que desde algunos chiringuitos de la Unión Europea (UE) dirigen también a los diferentes Estados miembros. Algunos europeístas convencidos como yo comenzamos a perder el segundo adjetivo.   

Las conclusiones de Alston han sido aplaudidas por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) y Cáritas. Lamento profundamente las palmas de esta última, de la que soy voluntario, porque creo que, en demasiadas ocasiones, es más papista que el Papa y se suma al barro político más populista.

Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!


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