'El análisis' (lunes, 1 de octubre de 2018)
¿Libertad o limitación de expresión?
Cope Alto Aragón (Cope Barbastro) 106.9 FM
Buenos días. La vicepresidenta
del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e
Igualdad, Carmen Calvo, afirmó el pasado jueves que “la libertad de expresión
no lo resiste todo, como bien sabemos y como han dejado claro en numerosas
sentencias nuestros altos tribunales. No lo acoge todo” y continuó afirmando
que “si no lo acoge todo, tendremos que empezar a mirar en qué tipo de
regulación conjunta, en el marco de la Unión Europea, habríamos de empezar a
tomar decisiones sobre este asunto”. Es decir, que la vicepresidenta del
Gobierno propone limitar la libertad de expresión. Señora vicepresidenta, en
este punto, siempre que se trate de evitar y condenar la mentira y la
difamación, el insulto y la amenaza y, el oprobio y la coacción, nos tendrá a
su lado a todos los ciudadanos de bien.
Carmen Calvo / Foto: Congreso de España. |
Mas, señora
vicepresidenta, ya me perdonará usted, pero me asalta una duda sobre el
oportunismo o no de su sugerencia. Su propuesta coincide justamente con unas
fechas en que diferentes medios de comunicación están destapando verdaderas
sinvergonzonerías o, cuando menos, actos impúdicos, que afectan a varios
ministros del Gobierno que usted vicepreside,
incluyendo al propio presidente, Pedro Sánchez. Asimismo, usted podría haber
hecho esta propuesta hace años. No en vano, le recuerdo que usted fue ministra
de Cultura en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Permítanme recordar que
Carmen Calvo también aseguró, con respecto a la libertad de expresión y a los
medios de comunicación, que se “están tomando decisiones sobre regulación, es
decir, de intervenir; se lo están planteando Francia, Alemania, Reino Unido e
Italia, que están abandonando el famoso eje de que la mejor ley que regula el
ámbito de la libertad de expresión y del derecho a la información es la que no
existe”. Asimismo, aseveró que cuando se traspasa “la línea del exceso, a veces
del delito, están destrozando en algunos casos sin reparación posible
libertades y derechos del otro”. Totalmente de acuerdo con su última
afirmación, señora vicepresidenta, aunque deberá perdonarme nuevamente por mis
suspicacias, pero no recuerdo a nadie del Partido Socialista manifestándose en
términos similares cuando los afectados por diferentes revelaciones de la
prensa, en algunos casos falsas como luego dictaminó la Justicia, afectaban a
dirigentes políticos de otros partidos.
Señora Carmen Calvo, lo
que es vergonzoso es que en este país salga gratis insultar, injuriar y
amenazar de viva voz o mediante palabra escrita, a menudo por internet, un
soporte en el que en España parece que lo
soporta todo. Lo que no es de recibo es que se pueda vejar e incluso amenazar
a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a representantes y/o cargos
políticos e incluso a ciudadanos anónimos y que, todo ello, sea amparado por la libertad de expresión. Lo que es insultante es que haya desalmados
que se mofen de la muerte de personas y que se burlen de víctimas de actos
terroristas, y que ello no sea punible penalmente porque los avala una supuesta
libertad de expresión. De todo ello
existe mucha jurisprudencia que seguramente, señora vicepresidenta, usted, como
doctora en Derecho Constitucional, conocerá sobradamente.
Imagino, señora
vicepresidenta, que usted se refería a todo lo expuesto anteriormente y que en
absoluto quería aludir a los periodistas y medios de comunicación que cumplen
con una importante función social de denuncia de lo reprobable y que velan por
que conductas indecentes de algunos de nuestros dirigentes políticos sean reconvenidas
públicamente por nuestra sociedad. Creo que usted no centraba sus críticas
hacia el periodismo de investigación, cuyo cometido es fundamental en un Estado
de Derecho siempre y cuando no caiga en un acoso inmoral bajo el yugo de la
mentira o de la fiscalización de los pecados
de juventud. Por todo lo expuesto, señora vicepresidenta, permítame
sugerirle que, en una próxima ocasión, concrete y detalle usted sus
apreciaciones para así evitar cualquier tipo de suspicacia.
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