miércoles, 11 de mayo de 2011

Hoy, Anthony de Mello (I)

Queridos lectores:

Hoy vamos a reflexionar con dos entrañables historias que el jesuita indio Anthony de Mello publicó, junto a muchas otras, en su libro "La oración de la rana (2)" (Sal Terrae, 1988).

Los relatos que vamos a leer a continuación hacen referencia a la igualdad entre las personas. El hombre es como una casa. En el primero poco importa el color, religión, nacionalidad o creencias que tenga, lo que verdaderamente importa es la bondad, generosidad, paz y amor que haya en su interior. En una casa, lo significativo es que su interior sea acogedor y confortable y no el color o la forma de su fachada.

Iluminación

"¿Cuenta Plutarco que en cierta ocasión vio Alejandro Magno a Diógenes escudriñando atentamente un montón de huesos humanos.

"¿Qué estás buscando?", preguntó Alejandro.
"Algo que no logro encontrar", respondió el filósofo.
"¿Y qué es?"
"La diferencia entre los huesos de tu padre y los de tus esclavos".

Igualmente indistinguibles son los huesos de los católicos y los de los protestantes, los de los hindúes y los de los musulmanes, los de los árabes y los de los israelitas, los de los rusos y los de los americanos.

Y el que ha alcanzado la iluminación no ve la diferencia ni siquiera cuando los huesos están recubiertos de carne.


Naturaleza humana

Un niño negro contemplaba extasiado al vendedor de globos en la feria, el cual era, evidentemente, un excelente vendedor: en un determinado momento, soltó un globo rojo, que se elevó por los aires, atrayendo a una multitud de posibles jóvenes clientes.

Luego soltó un globo azul, después uno amarillo, a continuación un globo blanco... Todos ellos remontaron el vuelo hacia el cielo hasta que desaparecieron. El niño negro, sin embargo, no dejaba de mirar un globo negro que el vendedor no soltaba en ningún momento. Finalmente, le preguntó: "Señor, si soltara usted el globo negro, ¿subiría tan alto como los demás

El vendedor sonrió comprensivamente al niño, soltó el cordel que tenía sujeto el globo negro y, mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo: "No es el color lo que hace subir, hijo. Es lo que hay dentro.


Puedes seguir leyendo en

Seguimos con Anthony de Mello (II)
La pregària de la granota - Anthony de Mello (III)

Reflexions amb Anthony de Mello (I)
Reflexions amb Anthony de Mello (II)

No hay comentarios:

Publicar un comentario