Hace dos mil años existió un hombre que cambió toda la historia. Para unos fue el mismo Dios hecho carne, para otros un profeta y otros lo consideran solo un hombre. Sea como fuere, el hecho cierto es que un tal Jesús de Nazaret predicó un mensaje de amor y paz que le valió la muerte tortuosa clavado en una cruz. Cada Semana Santa los cristianos de todo el mundo celebramos la pasión y la resurrección de Cristo. El Viernes Santo y el Domingo de Resurrección son las festividades más importantes para el cristianismo, mucho más que la bonita Navidad. A propósito de la Navidad, es curioso que todo el mundo, incluida la Iglesia, celebra el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre cuando se sabe a ciencia cierta que no nació en este día. Permitidme hacer referencia a datos curiosos de su nacimiento extraídos de la enciclopedia virtual Wiquipedia:
“Jesús, también conocido como Jesús de Nazaret, es la figura central del cristianismo, dentro del cual es conocido como Jesucristo. Cristo no es un nombre, sino la traducción griega del término hebreo mesías, que significa ungido. Jesús es también considerado un profeta importante para el Islam. Los relatos más detallados del nacimiento de Jesús se encuentran en los evangelios de Mateo y de Lucas. De acuerdo con los evangelistas, Jesús nació en Belén. La fecha (según los cálculos actuales) resulta paradójicamente de 4 años antes de Cristo. El lugar de nacimiento en Belén corresponde a una profecía del Antigua Testamento y no se puede comprobar históricamente. De acuerdo a los relatos de los evangelios de las actividades de los pastores, Jesús pudo haber nacido durante la primavera o el verano. No obstante, desde el 354, los cristianos romanos celebraban el nacimiento de Jesús después del solsticio de diciembre, reemplazando la festividad romana de la Saturnalia. Antes de este siglo, los cristianos lo celebraban el 6 de enero, como parte de la fiesta de la Teofanía, también conocida como Epifanía, la cual no solo conmemoraba el nacimiento de Jesús, sino también su bautismo por Juan el bautista en el río Jordán. En 248 de la era Diocleciana (es decir, basado en la entronización el emperador Diocleciano en Roma), Dionisio el Exiguo trató de calcular el número de años desde el nacimiento de Jesús y concluyó que fue 753 años después de la fundación de Roma. Dionisio, por tanto, estableció la fecha del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, 1 ACN (Ante Christum Natum, antes del nacimiento de Cristo), y después asignó el año siguiente como año 1 AD (Anno Domini, año del Señor). Este sistema hacía del año del cálculo de Dionisio el 532. Dos siglos después este cálculo ganó aceptación y se convirtió en el calendario establecido de la civilización occidental, gracias a la promoción de San Beda el Venerable. No obstante, basado en un eclipse lunar que el historiador José registra poco antes de la muerte de Herodes el Grande, el nacimiento de Jesús probablemente fue poco antes del año 4 aC. Esta estimación se basa en la historicidad del relato del evangelio de San Mateo sobre la masacre de los inocentes bajo las órdenes de Herodes (unque este hecho no se menciona en ningún otro registro histórico adquiere también tintes de realidad por el relato de Flavio Josefo en el que narra las barbaridades que realizó Herodes”.
Sobre el lado metafísico de Jesús, lo dejo para que cada uno piense según sus creencias, sus conocimientos y/o su fe. Pero dejadme decir lo que pienso dejando de lado mi creencia cristiana: Fe y ciencia no están reñidas, al contrario. Así que procuremos mantener siempre nuestras puertas interiores abiertas por si llegara el caso.