Aunque nos encontramos ante un
libro de crecimiento personal, es muy importante destacar que se nos presenta
en forma de novela. No se trata de un libro de autoayuda al uso sino una
historia interesante que nos deja notables pinceladas sobre cómo priorizar lo
verdaderamente importante, cómo mejorar nuestra vida y, sobre todo, cómo
mejorar la vida de los que nos rodean. De hecho, este último aspecto no es sino
una reiteración, ya que el autor explica brillantemente cómo al cooperar y
ayudar a nuestros semejantes mejoramos también nuestra propia existencia.
Borja Vilaseca tiene la capacidad
de relatarnos, en forma de novela breve, un hecho real y, a la vez, explicarnos
cómo podemos interpretarlo y adaptarlo a nuestras circunstancias personales.
Está claro que la resolución que aparece en el libro difícilmente podremos
realizarla tal cual, pero eso no es lo importante, eso es solamente lo
anecdótico. Lo que verdaderamente es significativo es el fondo de esa
resolución, ya que la forma la podemos adaptar perfectamente a nuestra
situación y vida personales.
Debo confesar que inicié la lectura
de esta obra con gran escepticismo y que, para mi sorpresa, descubrí una gran
dosis de humanismo, pragmatismo e ideas que aplicar en mi vida. No solamente
estamos ante un libro de autoayuda o de crecimiento personal, estamos ante un
relato que nos va dosificando diferentes mensajes que, una vez asimilados,
descubrimos que son valores importantes que nos ayudarán a mejorar como
personas. A pesar del título de la obra, que nadie piense que se trata de una
narración semejante a la de Antonie de Saint-Exupéry, a pesar de que el
protagonista, Pablo Príncipe, se basa en el Principito.
En lo que se refiere a la trama de
la novela, desde sus primeras páginas el autor consigue atrapar al lector. Este
último leerá las páginas del libro con una creciente curiosidad por conocer
cuál es el desenlace final de la historia y el devenir de sus personajes.
Con un lenguaje sencillo y directo,
Borja Vilaseca construye un argumento cargado de sensaciones y emociones que
despertarán el yo más personal de los lectores. Este librito es recomendable
para todos los adultos, incluso para los adolescentes de 17 y 18 años. Aunque,
sin duda alguna, El principito se pone la corbata es una obra
que debieran de leer todos los empresarios, altos ejecutivos y emprendedores,
así como educadores y profesores.